“Las mujeres negras somos indiscutiblemente bellísimas”, Josefina Klinger
La selva es vida, fuerza, pasión, exuberancia… características que corren por las venas de Josefina Klinger quien se define como "un espíritu que tiene el privilegio de estar encarnado, viviendo esta experiencia de vida en un cuerpo de mujer negra; de haber nacido en Colombia, en el departamento del Chocó, cerca al Mar Pacífico, en un pueblo bellísimo que se llama Nuquí, donde tengo mi ombligo enterrado y mis raíces y donde ha transcurrido gran parte de mi vida y de mi liderazgo".
Josefina es una lideresa social y medioambiental reconocida en el mundo por su gestión como fundadora de 'Mano Cambiada', un modelo económico territorial creado alrededor del turismo en Nuquí, Chocó. Recientemente, fue reconocida por Estados Unidos como una de las 12 Mujeres de Coraje Internacionales 2022 (Internacional Women of Courage) y ha sido galardonada con los premios Mujer Cafam y Mujeres de Éxito, entre otros.
Con su trabajo ha logrado cambiar la mentalidad de su comunidad y unirla entorno a un proyecto productivo y autosostenible que honra a las personas, sus saberes y al territorio. Su genialidad radica en que decidió romper los esquemas y las cargas ideológicas con las que creció y con las que crecen muchas niñas que creen que por su condición económica o racial solo pueden aspirar a cierto tipo de oportunidades.
"Yo escuché muchos actos de discriminación dentro y fuera del territorio. Dentro del territorio escuché que las abuelas decían que nos casáramos con blancos para arreglar la raza, escuché que el pelo había que alisárselo. Yo empecé a hacer sentido a eso y decía pero oiga, aquí hay un tema de que no nos estamos aceptando; y afuera el único rol posible es el empleo doméstico, esto se arraiga tanto en el corazón que cuando me quedé sola con mis hijos lo que quería hacer era trabajar como empleada de servicio", afirma Josefina.
El proceso de transición entre hacer lo que creía era su única opción y encontrar su vocación, estuvo marcado por una secuencia de hechos, algunos dolorosos y otros que la llenaron de esperanza. Aunque salió de su tierra en su infancia regresó, a los 25 años, buscando la oportunidad de que algún turista se la llevara a trabajar en servicios generales, pero "cuando llegué a Nuquí me empieza a mejorar la vida y empiezo a sentir que aunque ciertas cosas mejoraron y me estabilicé económicamente, no estaba tranquila viendo que a mi alrededor habían tantos desafíos y que el estilo de liderazgo de los hombres no me conectaba, fue ahí que hice mi primer acuerdo: yo no me iba a capitalizar de forma individual y rápida cuando a mi alrededor había tanta gente con necesidades".
En la imagen: Una ballena saltando en el Pacífico colombiano.
En un acto de autodeterminación, con pocos recursos y remando en contra de la corriente, decidió empezar un proyecto para aprovechar los recursos turísticos y de capital humano que tiene el Pacífico colombiano, pero antes tuvo que sanar la "carga de dolores heredada de generación en generación", así pudo cambiar la narrativa. "Valoré los recursos por encima de la escasez, dejé de honrar la carencia material representada en dinero, porque tenemos unos activos mayores, la fuerza está representada en la mano de obra y en la riqueza natural, ahí estuvo el secreto".
Hace 16 años Josefina Klinger empezó 'Mano Cambiada', honrando su acuerdo generó un proyecto de beneficio compartido en el que el turismo ha servido de pretexto para ayudar a dotar el territorio, para que el turista tenga confort y el nativo tenga dignidad en cómo vive. Con este proyecto le ha mostrado al mundo la belleza del territorio chocoano, "no podía permitir que la comunidad nativa nos quedáramos por fuera del auge del turismo y solo participar como mano de obra, como ha sucedido en otras ciudades del país, viviendo en cordones de miseria dentro de nuestro propio territorio".
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Qué papel han jugado Internet y las tecnologías de la información y las comunicaciones
En la imagen: Un grupo de niños en el mar, con las manos levantadas mirando el atardecer.
"Al principio, la comunicación era por señales de humo, por ejemplo, teníamos que esperar 10 o 14 días para que una carta llegara Panamá. La comunicación era directa y solo dentro del territorio porque no había más posibilidades, pero en 2005 dije me tengo que ir a promover esto en otro lugar y me fui para Bogotá, allá llegué a decirles a los bogotanos que en Nuquí había un modelo, digno de conocer.
Lentamente comenzó a fluir la información, primero con señales de humo, luego en televisión, después por teléfono, luego llegan los celulares y hoy Internet, que lo que hizo fue globalizar la información y nosotros usamos esa herramienta tan poderosa para poder divulgar y mostrar lo que tenemos.
Cuando yo particularmente, desde mi rol de liderazgo, pude acceder a Internet, ya había sanado el enfoque, entonces mi narrativa se volvió ya no de reclamo sino de seducción, que unido al Internet detonaron y se abrió al mundo con un mensaje que enamora.
Las TIC son una joya, puedo mostrar lo que soy, lo que quiero, puedo mostrar a una rana saltar y a una ballena en tiempo real y cambiarle la vida a alguien, generarle esperanza.
Han servido para hacer llegar el mensaje, para reeducar y seducir al país y al mundo para que conozcan, gocen y disfruten este paraíso, borrando los sesgos que nos separan, la gente no se alcanza a imaginar lo que se está perdiendo por los prejuicios, por eso yo digo que a Nuquí solo llegan los espíritus preparados, cuando ya están listos el Pacífico les da los regalos más maravillosos, pero si tiene prejuicios, no va a ir porque tiene miedo. Hay que educar al país sobre esa narrativa". Explica Josefina Klinger.
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Qué caracteriza a la mujer negra colombiana
En la imagen: Tres mujeres de Nuquí sonriendo, enfrente, tienen una variedad de platos típicos de la región.
Ser mujer significa muchas cosas: fuerza, pasión, vida, equilibrio, pero hay características especiales que se generan por el territorio, la crianza o las experiencias de vida, por eso Josefina define a la mujer negra como "bella, indiscutiblemente bellísimas somos las mujeres del Pacífico, de sonrisa abierta y de mirada franca y profunda, por eso nuestra marca es una negra con la selva en la cabeza.
Somos transmisoras de saberes, auténticas, alegres, tremendamente apasionadas, cuidadoras, muy sensibles y resilientes. Hay que tener mucha paciencia, pasión y resiliencia para ir en contravía de una lógica que nos ha hecho guerrear para conquistar nuestro propio territorio".
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