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• Aura Lorena Varela, a través de la danza eligió romper las barreras de la discapacidad física para expresar, sentir y motivar a miles de colombianos y colombianas.

• Ella es beneficiaria del programa Mujeres TIC para el Cambio, con el cual ha complementado su formación digital y ha adquirido conocimientos para mejorar su emprendimiento y llevar sus productos a más personas, a través del uso de redes sociales.

• Mujeres TIC para el Cambio' busca contribuir al cierre de la brecha de género, brindando cursos de formación gratuitos, certificados y accesibles para que las mujeres colombianas desarrollen sus habilidades digitales.

En 2016, un accidente en moto le hizo debatirse entre la vida y la muerte a Aura Lorena Varela. Una lesión medular la dejó en silla de ruedas permanente y allí, con férulas ortopédicas para su rehabilitación, viéndose frente al espejo de la Fundación Arcángeles, decidió sacar lo mejor de sí para salir adelante.

"Me veía frente al espejo, que además era enorme, e iba bajando, como haciendo un escáner en mi cuerpo. Cuando llegaba a mis pies, era muy deprimente verme. Las férulas te llevan a la necesidad de usar calzado cómodo como crocs, chanclas, incluso zapatos de hombre, zapatos que no son estéticos y me hacían sentir mal vestida y enferma".

Fue luego de un despertar inesperado contra todo pronóstico médico que comenzó a preguntarse sobre su vida. "Un momento así te hace sentir la mortalidad. Ahí es cuando empiezas a vivir la vida como es", dijo Aura.

Basándose en el conocimiento adquirido durante su carrera profesional en Diseño Industrial, y valiéndose de una pasión ejemplar por vivir, Aura Lorena comenzó a diseñar su propio calzado, uno que le sirviera para la rehabilitación y que le permitiera sentirse y verse bien.

"En ese proceso de rehabilitación lo que quieres es ir escalando, hasta que salgas de ahí, pero eso no me dejaba. Yo sentía que había algo que todavía me estaba atando y me mantenía en ese concepto de enfermedad, de hospital, de rehabilitación", agrega Aura Lorena.

Ese hecho impactó en su núcleo social: "muchas personas me preguntaban sobre mi calzado, sobre medidas y diseño". Este hecho la llevó a crear Daimon, un emprendimiento dedicado al diseño de calzado especializado para personas con discapacidad, hecho sobre medida y para las necesidades específicas de cada persona.

"Muchos de los estigmas que nos tienen a las personas que tenemos alguna discapacidad nace desde los productos diseñados para la enfermedad y no para nosotros como seres humanos que queremos seguir con nuestra vida normal, sintiéndonos bien y viéndonos bien", agrega Aura.

"La discapacidad, en vez de cerrarme puertas, me abrió un portón de oportunidades".

Su emprendimiento es un reto que no es nada fácil. A través de redes sociales promociona sus diseños y brinda una asesoría personalizada, dado que cada caso, cada patología y cada diagnóstico es diferente. "Todo es sobre medidas, no puede ser genérico. Les cuento sobre los materiales, los tipos de suela, para que ellos puedan tener el calzado acorde a las necesidades", dice Aura.

Ser beneficiaria de Mujeres TIC para el Cambio le permitió mejorar sus habilidades digitales para fortalecer su negocio. Según ella, este programa le ayudó mucho al momento de conocer algunas herramientas clave para el emprendimiento.

Para ella, las redes sociales y las TIC son parte fundamental de su trabajo. "Estas herramientas, y mucho más después de la pandemia, fueron la mano derecha para todos y para los emprendimientos más". Además de la promoción, utiliza un proceso creativo, tanto manual como digital. En este último usando aplicaciones como Photoshop, Illustrator o Corel.

Una vez realizado el diseño, es ella misma quien asesora a sus clientes. "Los visito, me bajo de mi silla de ruedas y les tomo las medidas", afirma. En sus palabras, es una inyección de ánimo que le ha permitido ver cambios en el sentir y vestir de quienes compran sus diseños.

La danza de la inclusión

Una de las pasiones de Aura Lorena Varela es la danza. "Nunca he sido alguien de ir a discotecas, pero las veces que salía me bailaba hasta el saludo del vigilante" afirma con cierto humor.

Ni siquiera su discapacidad la detuvo para perseguir su pasión. "Busqué fundaciones o alguna academia accesible, pero había muy pocas, o el acceso era por escaleras o no tenían el conocimiento para enseñar a una persona a bailar en silla de ruedas. Hasta que un día conocí a la Fundación Aznad".

«Llegué ese día, vi a los chicos bailar y dije "wow, me encanta". Estaban personas caminantes bailando con las personas usuarias de sillas de ruedas. Yo pensé "esto es inclusión. Fuera estereotipos, fuera estigmatización, fuera los conceptos"».

"He podido participar en eventos profesionales, en shows de inclusión, espectáculos muy lindos, muy enriquecedores. El mundo de la danza me llena de esa pasión de ser, sentir, y expresar. La danza es ese medio para que puedas desahogarte".